Justino Laercio ha acudido esta mañana a la delegación de la Administración Tributaria de Alicante con todos sus papeles de la Declaración de la Renta. Al ser atendido por un funcionario, ha advertido de que iba a pagar lo que le tocaba este año y acto seguido se ha puesto a vomitar ruidosamente encima del mostrador. “Ha soltado hasta la primera papilla. Yo he intentado sobreponerme y le he preguntado si se encontraba mejor, si quería un vaso de agua o algo. Cuando ha dicho que no necesitaba ayuda, que simplemente vomitaba porque la Renta le había salido a devolver, otros se han puesto a vomitar también enseñando sus certificados de la Renta, como diciendo ‘A mí qué me cuentas, es lo que pone aquí’”, explica el funcionario. “No lo hago por gusto. El tema de los impuestos no es agradable para nadie pero es nuestro deber contribuir con lo que Hacienda nos pida. Hay que tragar”, argumenta Laercio.
El suceso pronto se ha dado a conocer a través de los medios, generando el efecto llamada. Varias delegaciones de Hacienda han tenido que ser desalojadas por el terrible hedor que desprendían las instalaciones, fruto de la gran cantidad de devoluciones de los contribuyentes. “A mí en realidad la Renta no me ha salido a devolver pero tanto vómito me ha contagiado y no he podido evitarlo. Ahora no sé si me van a multar o qué. Espero que no porque apenas había desayunado y no he sacado casi nada. Media barrita de cereales valorada en 1′50 euros” declara un ciudadano que consultará el incidente con su gestor.
El Ministerio de Economía ha anunciado que iniciará una campaña informativa para aclarar que no es necesario provocarse el vómito cuando la Renta salga a devolver. “Los que nos preocupan son los insumisos que han encontrado la excusa perfecta para eludir sus obligaciones fiscales. Ya les adelanto que el Gobierno será implacable en la lucha contra la bulimia fiscal”, ha asegurado la ministra Elena Salgado.
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