En Australia un hombre ingresó a un local para que le realicen un tatuaje de un ying-yang en la espalda, sin embargo grande fue su sorpresa cuando un compañero se dio cuenta de la broma de la que había sido víctima: el tatuador le impregnó en la piel la imagen de un pene de aproximadamente 40 centímetros y no el del ying-yang que quería.
Según las investigaciones de la policía, el afectado discutió con el tatuador antes de que empiece a trabajar y en ese momento no había nadie más para que avise al hombre de la broma de la que estaba siendo víctima.
“Le dijo que no saliera el sol y no mostrara a nadie el tatuaje por un par de semanas. Cuando llegó a casa se lo mostró a la persona que vive con él y le dijo: ‘Yo no creo que es el tatuaje que buscabas’”, dijo el investigador Paul Malcolm, según publicó la AFP.
El acusado de realizar el singular tatuaje tiene 21 años y ahora se enfrenta a una demanda por delitos contra la seguridad pública y por no tener licencia para realizar la actividad del tatuado. Además deberá pagar entre 600 a 2 mil dólares para que su víctima se borre el tatuaje.
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