martes, 30 de noviembre de 2010

ESPECTACULAR SIMULADOR DE FÓRMULA 1

HTTPEADO POR EL JOHN CONNOR DE NUESTRA ERA: JAVIER

Se tapa en el sofá con la manta y se deja fuera el mando de la tele

LA TENSIÓN Y EL FRÍO LE PROVOCARON GANAS DE ORINAR
Elena Ferrer tardó ayer casi 17 minutos en sentarse en el sofá y taparse con una vieja manta que suele usar en invierno para calentarse viendo la televisión. Durante esos minutos se aseguró de que ninguna parte de su cuerpo, especialmente los pies, quedara a la intemperie. De hecho, tuvo que levantarse y volverse a sentar varias veces para remeter bien la manta bajo su propio cuerpo, pues tras los primeros intentos podía sentir una pequeña corriente de aire en la zona lumbar que finalmente tuvo que tapar con un cojín. Una vez logró acomodarse en un estado óptimo, se dispuso a encender el televisor y comprobó que, muy a su pesar, el mando a distancia estaba a casi dos metros de ella, inalcanzable desde su posición.
Durante unos minutos, Elena estuvo valorando si merecía la pena abandonar el refugio del sofá para enfrentarse al frío y volver con el mando a distancia, pero el devenir de sus reflexiones la sumió en un estado de duermevela que culminó, finalmente, en una pequeña siesta involuntaria. “Fue pan para hoy y hambre para mañana porque, al despertarme de la siesta, el problema seguía sin solucionarse y lo primero que vi al abrir los ojos fue el mando del televisor”, explica. “Intenté convencer al perro para que fuera a buscarlo, pero él estaba en su camastro, también tapado con una manta, y no me hizo demasiado caso. Así que me volví a dormir”.
Tras dos horas de cabezadas sucesivas, Elena decidió levantarse a por el mando del televisor enroscando la manta alrededor de sí misma como si se tratase de un batín, pero tropezó con uno de sus extremos y cayó al suelo. “Al final acabé arrastrándome por el suelo como si fuera un pequeño gusano, pero pude coger el mando y regresar al sofá”, declara. “Lo malo es que, con el movimiento, me entró una especie de borrasca fría por las piernas y sentí unas ganas terribles de orinar”.
Cuando Marisa -la compañera de piso de Elena- llegó a casa, se encontró a ésta rogándole que le alcanzara una botella de cerveza vacía “para una cosa que tenía que hacer”. Marisa, sin embargo, se temió lo peor y, para obligar a Elena a levantarse, tiró de la manta. “Fue horrible, allí debajo había de todo: kleenex usados, el portátil, el mando del televisor, una bolsa de patatas vacía, tarros de yogur, cucharillas sucias… Estaba hasta el perro. Eso sí fue tirar de la manta y no lo de Wikileaks…”, confiesa.
Finalmente, y tras ir al baño a orinar, Elena se decidió a encender la calefacción.
HTTPEADO POR EL MUNDO TODAY

LA SILLA DE OFICINA MÁS VELÓZ

YA NO FABRICAN CONSOLAS COMO LAS DE ANTES

¿QUÉ HAS COMÍO?

UHH ESTÁ FRÍA

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